jueves, 22 de julio de 2010

La sangre que corre por mis venas.

En realidad esta es una expresión muy usada, pero más poética que real. La sangre no corre, sino que recorre un circuito. Pero "la sangre que recorre mis vasos sanguíneos" suena menos literaria. Y claro, ¡que a las pobres arterias las parta un rayo!. Nunca una mención.
La sangre venosa a veces tampoco corre, porque no tiene ningún apuro. Y ahí se pone molesta en várices y hemorroides. Este último tema es difícil de abordar porque genera mucho prurito.
Como sea ... ¿a qué venía esto? Pues que en esta búsqueda de recuerdos y anécdotas lo primero es lo primero. Estoy trabajando en mi árbol genealógico. Y por mis venas y arterias (sí, también por ellas) hacen su recorrido habitual un número millonario de glóbulos rojos con orígen en genes españoles, italianos y franceses (éstos en minoría), mezclandose los Ramos, Pereiro, Damiani y Hounau.
Y hablando de recuerdos, me voy cantando ... "jugo de tomate frío, ... en las venas deberás tener ..."

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