jueves, 17 de marzo de 2011

Esas pequeñas cosas

                    Hemos leído cientos de veces que la felicidad radica "en las pequeñas cosas". Una pequeña casa, un pequeño auto, una pequeña cuenta bancaria ... Perdón, ... quiero decir, en una dulce caricia, en la mirada tierna de una mujer, en un amanecer en la playa.
Ó mejor todavía ... en la dulce caricia de una tierna mujer al amanecer en la playa.
Pero no sólo la felicidad se apoya en "pequeñas cosas". Hay broncas cotidianas que también se generan en ellas.
¡Cuantas veces, al poco rato de estar levantados, nos invade esa sensación no deseada! Inexplicable a menos que seamos agudos observadores de la realidad. Vayan a modo de ejemplo algunas de ellas.
Uno se despierta de buen ánimo, dispuesto a encarar el nuevo día.Se dirige al baño para iniciar la dura tarea de reconstruir la cara con la cual saldremos a la calle y que dista mucho de esa que estamos viendo ahora frente al espejo. Desde ese momento hasta abandonar el sanitario una ó varias tragedias podran tener lugar: el agua de la ducha no tiene suficiente presión, se apaga el calefón cuando más enjabonados estamos, el jabón esta más que nunca lleno de pelos ajenos ó el último en usarlo lo redujo a la mínima expresión sin reponerlo, de lo que nos daremos cuenta una vez debajo del agua; el shampoo, el peine, ó el fijador fueron retirados del honorable recinto con rumbo desconocido por alguno de los co-habitantes del "hogar dulce hogar". La pasta dentífrica nos mira, flaca, chupada, exprimida hasta el último aliento, mostrando una lenguita a rayas que asoma tímidamente por el extremo no cerrado del tubo de Colgate Whitening 12.¡Y a cepillarse solo con agua!
Cuando no, lo último de la espuma de afeitar habrá sido usada por uno de "los nenes" y la que queda correrá chirla entre los dedos, negándose a cubrir el total de la cara. Finalmente, los cortes inflingidos a la misma por el gastado repuesto de Match 3 que olvidamos cambiar, serán indirectamente proporcionales al tiempo que nos quede para llegar a horario al trabajo.
Lamentablemente estas pequeñas cosas no terminan en el toilette. Recién comenzamos el día.