Anecdotario

Confusión - Consultorio externo de Neurología -


-"Dotor, usté es ..." La mujer baja la mirada, clava los ojos en su bolso y empieza a revolver en su interior, trabajosamente, hasta sacar un papelito todo arrugado que reconozco del tipo que utilizan para anotar los turnos en la recepción del hospital.
-"... Neurólogo. ¿Se encarga de los problemas de la cabeza, no?." Me mira, inquisidora, cara de gran preocupación.
-"Sí, exactamente." Le sonrío para ayudarla a tomar confianza.
"Ah!, bueno... Mire, ¡yo ya no sé que hacer con mi hija! ... ¿Qué le puedo dar para los piojos?"

¡Viva la diferencia! - Bariloche, 1981 -

Me desempeñaba, entre otros trabajos, como médico forense de la Policía de Río Negro. Me ordenaron ir a constatar las lesiones de un camionero internado en el hospital regional de la ciudad. El hombre en cuestión manejaba un camión tanque repleto de nafta desde Bariloche a El Bolsón. Por ese entonces la vieja y estrecha ruta tenía algo así como diez curvas por kilómetro de recorrido. Camino de montaña con precipicio en casi toda su extensión. A la altura del llamado "Cañadón de la mosca" se había desbarrancado, salvando la vida porque el camión quedó trabado en su caída a unos cincuenta metros del camino.
Ya en el hospital y habiendo constatado sólo algunas excoriaciones, tuvimos el siguiente diálogo:
Yo - "Bueno, tranquilo, posiblemente mañana ya le den el alta. Hoy van a venir a tomarle declaración. Se ha salvado de una buena."
Camionero - "¡Imaginesé!, si hubiera explotado la carga ..." y luego de unos segundos de reflexión ... "¡encima era nafta súper!"

Elogios y quejas - Bariloche, 1980

Estamos el Dr. Giron y yo hablando en un pasillo del Sanatorio Cumelen cuando se acerca una mujer a saludarlo efusivamente.
-"Dr. ¡no tiene ud. idea de lo agradecida que estoy! A lo mejor ud. no se acuerda, pero me operó de las várices hace unos seis meses. Quedé muy bien ... y jamás he vuelto a tener un sólo dolor de cabeza."
Él dio las gracias, mostrándose muy satisfecho, y luego se despidieron.
Lo miro a Giron una vez que la mujer se aleja, mi cara esforzándose para no empezar a reirme.
-"Mirá Ramos, me imagino lo que estás pensando. Pero andá aprendiendo, hay que recibir y disfrutar los agradecimientos por mejorías casuales, aunque no las merezcamos. Son compensaciones, porque tarde ó temprano también te van a atribuir molestias y dolores de los cuales tampoco has sido el causante."

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