- "Escuche jefe, vengo por el aviso de trabajo. Ese para el que hay cien vacantes." dijo mi amigo, José Martillo (como diría Tato), un laburante argentino derecho y encarador (de los que todavía quedan). Primero en la fila.
- "Tarde, el cupo está lleno" responde el gordito detrás del mostrador, cara de resignado.
- "¿Pero como puede ser? Si apenas empiezan a recibir a la gente ...
- "Le explico caballero, de acuerdo al inciso ... de la Ley ... tenemos que reservar un 20% de los puestos para mujeres, otro 20% para discapacitados, más un 20% para jóvenes en rehabilitación por abuso de drogas. Del 40% restante la mitad debe otorgarse a extranjeros de países limítrofes conforme a la Ley Anti-xenofobia de Blanqueo del Inmigrante y del 20% que queda, desde la aprobación del matrimonio gay, un 19% a integrantes de tales uniones dando prioridad a los que se encuentren en la dulce espera, es decir esperando adoptar."
-"¡Bueno!, pero hay un puesto libre, ese 1% que falta " se queja José Martillo. Casi con lágrimas de esperanza en los ojos.
-"Lo lamento, está reservado. No puedo hacer nada." El gordito se encoge de hombros ...
"Hubo una llamada de arriba ... un recomendado ... ¿sabe?".
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