miércoles, 7 de junio de 2023

Un muy grato recuerdo de infancia  

                                     


                                Corría el año 1958. Papá tenía 28 años. Yo cinco. Por razones laborales había sido destinado a Colonia Sarmiento, Chubut. Ó como nos decía la familia "donde el diablo perdió el poncho".
Llamenlo nostalgia, memoria emocional, ó simplemente porque sí. Pero hay un momento de esos tiempos que siempre tengo presente. 

Estamos papá, mamá y mi hermano Horacio, tres años y medio menor. El living-comedor de la casa,  enorme en mi recuerdo de petiso.  En un rincón, enfrentadas a una pared lisa y blanca, tres sillas dispuestas en fila como butacas. Más atrás una mesa.Sobre esa mesa una pila de libros y sobre esa pila el proyector Cine Graf. Mágica caja de chapa azúl. Papá había traído una "película" de cowboys. Una tira de papel transparente con dibujos en blanco y negro, que proyectados en la pared por esa luz intensa traía a la oscuridad de la sala la magia de un cine que no existía en kilómetros. 

Papá era acomodador y chocolatinero en el intervalo. Proyectorista. Presentador, porque no sabíamos aún leer los cuadros escritos. Sonidista ... bang ... bang ... los disparos. Ping ... ping ... los rebotes en las piedras. Trompadas, relinchos, todo tenía su efecto especial. 

Con mis actuales setenta años creo estar seguro que ese niño de 28 años disfrutaba más de la situación que nosotros, los destinatarios. Un momento que persistirá en el espacio-tiempo y forma parte ahora de su eternidad. 









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